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El maltrato animal: un dolor que ladra en silencio

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perro encerrado
Imagen de Julio Cesar Velasquez en Pixabay 

Hay un tema que me inquieta, del cual poco se habla y que a mi modo de entender resulta muy relevante mencionar. Este no es otro que el del maltrato animal. Indagando sobre el asunto me encuentro con cifras escandalosas, con prácticas terroríficas y con noticias como estas (dignas de reflexión): febrero, el miedo de los galgosdos detenidos en Jaén por matar a 12 caballosla guardia civil lleva al juzgado el caso de los 48 perros hacinados en una casetael trágico final de las carreras de galgos,

  Como profesional de la psicología me detengo a analizar ¿Qué implica esta feroz práctica? ¿Quién lo ejerce mayoritariamente? Y lo más importante ¿Qué consecuencias acarrea para el animal?

No solo es maltrato físico

En primer lugar cabe decir que el concepto de maltrato animal, no solo se define por la violencia física. Abandonarlo, privarlo de las necesidades básicas como el agua o la comida, desatenderlo medicamente, tenerlo en medios hostiles y torturarlo psicológicamente infringiéndole miedo u otras emociones, también se considera un maltrato grave. Por supuesto y por otra parte, provocarle daños físicos también acarrea terribles consecuencias. Dichas secuelas se presentan normalmente con trastornos del comportamiento.

 En perros por ejemplo, observamos que tras haber recibido reiterados abusos y maltratos, el can se vuelve desconfiado hacia todo su entorno. Presenta problemas de relación con otros animales o con las personas cercanas. Puede presentar tristeza e incluso depresión. Por otra parte, no es raro que pueda volverse agresivo, como un modo defensivo a los abusos sufridos y que presente conductas compulsivas, tales como ladrar continuamente, perseguir su propia cola obsesivamente, (excavar sea cual sea la superficie), morder u otras conductas que delatan síntomas ansiosos. En todos estos casos, es muy necesaria la intervención psicológica y la reeducación para ayudarle y proporcionarle seguridad y cariño. Esto es un proceso lento pero muy necesario si queremos devolverle la “vida” a nuestra mascota. También es importante mencionar que hay que actuar progresivamente. No debemos agobiar al animal. En este caso, el perro, que es un ser social, nos buscará cuando se sienta mejor.

¿Qué perfil tiene el maltratador?

 El perfil del maltratador es diverso. Las investigaciones afirman que quien ejerce este tipo de violencia, lo ha puesto en práctica en edades tempranas, sin sensibilizarse ante el dolor y que en la vida adulta también ha desempeñado violencia sobre las personas. Estadísticas que aporta el FBI en norte américa, afirman que el 46% de los asesinos en serie maltrataban a animales durante toda su adolescencia.

Estudios hechos en España sobre la violencia de género, indican que el 86% de maltratadores a mujeres, también maltrataban a animales de compañía como venganza y como modo de demostrar control. Por otra parte, las investigaciones referentes a las peleas organizadas de perros y o el robo de los mismos, con el fin de darles la muerte, no corresponden a un perfil determinado y “pueden ser sujetos con un estatus económico alto y con la intención de buscar la “diversión extrema”, así lo afirma Óscar González, portavoz del servicio de protección de la naturaleza de la Guardia Civil en Seprona, en una noticia publicada en Eroski consumer

Estamos ante personas que quieren enseñar la sumisión, que no empatizan con el dolor ajeno y que su baja autoestima los lleva a la necesidad de demostrar que ellos tienen el dominio. Una realidad muy trágica de la que no podemos hacer caso omiso.

Dar una educación adecuada en la infancia y difundir la causa para concienciar a la población es de suma importancia. Por otra parte hay que agradecer las casas de acogida y las entidades que sin ánimo de lucro se dedican a luchar por esta realidad. A todas ellas mi más enorme agradecimiento y admiración. He hablado como ejemplo aquí de los perros, por ser un caso conocido, pero no debemos olvidarnos de otros animales que también están sometidos a abusos y desatenciones.

No estamos solos en la tierra. Tenemos la capacidad del lenguaje y la reflexión pero no somos los únicos que sentimos. Aprovechemos el don de podernos comunicar con palabras para decir; GUAU! Tú también eres importante.

Bibliografía

Jóvenes maltratadores de animales. Consecuencias
Eroski consumer, 2012

 

Núria Costa, psicóloga

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