Psicología actual

¿Cómo afecta la situación política a los ciudadanos?

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Hay algo que resulta relevante a ojos de la psicología social. Esto es la conducta de las masas frente a un hecho político de impacto. Opiniones, acuerdos y desacuerdos, reivindicaciones, manifestaciones y rebeliones toman el protagonismo de los ciudadanos cuando existen grandes acontecimientos políticos que afectan a un país.

Los sucesos gubernativos  ocurridos en Cataluña, en el último mes, no solo han inundado los canales de televisión de todo el mundo, sino que también están en boca de los ciudadanos de dentro y de fuera de la comunidad. La gente habla, comenta, opina y hasta se pelea por distintas visiones ideopolíticas. Algunos que eran amigos dejan de serlo, otros que lo  son mucho no cambian de tema…se instaura la incertidumbre y no solo se rompen
algunos vínculos sino que también crece la ansiedad social. Parece un sarampión que se contagia por vía oral, con la sin ayuda de los medios de comunicación, donde se exclama la subjetividad de los hechos. La pregunta es ¿Por qué se dan este tipo de asuntos? Y lo más importante ¿Cómo afecta a los ciudadanos?

En alguna ocasión os he  hablado de los rumores y de su función social. Los rumores son la forma de comunicación  más típica  de las conductas colectivas y una acción que responde al ¿qué ocurre? delante de un hecho social confuso. Las personas, como seres sociales, necesitamos encontrar respuestas a los sucesos del entorno. Esta necesidad conlleva una ansiedad cognitiva y a la vez la necesidad de acogerse a una verdad (la que más nos conviene). De este modo entonces, en primer lugar podríamos decir que el papel de los rumores aquí, juega un papel importante. En verdad poca gente entiende a la perfección de política pero todo el mundo rumorea sobre la misma, porque es
algo que afecta directamente a la sociedad en la que vive un individuo.

Asociado a  los rumores que nos sirven para buscar explicaciones dentro de nuestro colectivo y que aparecen en situaciones de emergencia, están las manifestaciones de masas. Cuando existe una desorganización social importante la gente se une para la defensa y en esa unión se esconde la necesidad de identificación dentro de un grupo social. Los humanos sentimos la necesidad de exclamar lo que para nosotros es injusto y si contamos con la fuerza del grupo nos sentimos más poderosos. La unión hace la fuerza– se diría. Sin embargo las movilizaciones y protestas también nos recuerdan  que algo no anda bien y consecuentemente suele darse preocupación excesiva, incertidumbre y miedo.

Este tipo de miedo se colectiviza y puede conllevar ansiedad, insomnio, baja concentración, falta de interés en cosas que antes se tenían y un aumento de la irritabilidad. Cuando existen acontecimientos sociales de impacto, unos y otros hablan de lo mismo sin que haya tanta cabida para otros temas. Sin duda, hay un aumento del malestar en la vida emocional de los ciudadanos.

En casos más graves o en aquellos en los que se ha vivido una situación de violencia puede darse estrés postraumático. Si alguien detecta la sintomatología del TEPT ( reexperimentar  la situación traumática, dificultad para dormir, sentimientos de soledad, tristeza o explosiones de ira) debe acudir al especialista y buscar ayuda.

  En resumen; las situaciones sociales de impacto, generan la necesidad de buscar respuestas, así como la necesidad de cohesionarse a nivel grupal. Conllevan movilizaciones de masas y generan conductas colectivas. Como respuesta a la incertidumbre social, el miedo crece y puede existir sintomatología ansiosa y estrés.

Núria Costa, psicóloga

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