Psicología social

…pero yo te quiero… violencia de género

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violencia de genro
“Durante siete años de abuso perdí mi autoestima, dos bebés en el útero por abortos involuntarios debido a golpes y palizas y escapé de la muerte en tres ocasiones. Fue muy difícil para mí ver el mundo exterior. A menudo me encontraba pidiendo disculpas, incluso cuando no había hecho nada malo. Tuve que volver a reprogramar mi autoestima entendiendo que no merecía ningún abuso” Amy, a survivor of domestic violence
 
 
En primer lugar me gustaría dedicar este post a todas las mujeres que sufren por un  “amor” mal definido, mujeres brillantes, capaces, grandes, competentes para todo menos para gestionar una relación que las destruye. Se lo dedico a todas aquellas que viven miedosas, en silencio  y en soledad, una vinculación de dependencia y destrucción. A todas ellas, las animo a que puedan buscar recursos, para salvaguardar lo más preciado que tenemos; la vida. Desde aquí, mis mejores deseos.


Hasta la fecha de hoy y en lo que va de año, se contabilizan 50 muertes por violencia de género, en España, según informa el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad. Por desgracia, suma y sigue día tras día y año tras año el número de mujeres víctimas de la violencia machista. Cuando leemos estas malas noticias nos asaltan muchas  dudas y preguntas. La primera y quizás la que menos respuesta tiene es ¿Cómo es esto posible? ¿A qué se debe? ¿Todas las mujeres están expuestas a sufrir este tipo de agresiones? ¿Qué dinámica se establece en una relación de estas características? ¿Por qué resulta tan difícil romper este tipo de vínculo? Y Finalmente ¿Qué consecuencias tiene para la víctima? Intentaremos dar respuesta a todas ellas, empezando por definir qué es la violencia y qué clases de violencia intervienen en este tipo de interacción.
 
Según Perrone y Nanini (1997) la violencia se define como “acto violento, atentado a la integridad física y psíquica del individuo y acompañado por un sentimiento de coacción y peligro” En lo que respecta a la violencia de género están presentes tres tipos de violencia. La Psicológica caracterizada por la desvalorización, hostilidad, agresión verbal e indiferencia en todo lo que concierne al terreno emocional, negando la libertad y la dignidad de la persona. En segundo lugar está La Física; fuerza y agresión hacia otra persona y la Sexual; cuando se obliga al otro a mantener relaciones sexuales en contra de su voluntad. De una manera encadenada; si hay maltrato Físico SIEMPRE hay maltrato Psicológico y si hay maltrato sexual SIEMPRE hay maltrato Físico y Psicológico.
 
Los límites que se trazan en una relación de pareja siempre son confusos pero el proceso que se genera en una relación de violencia puede resumirse en tres etapas. Éstas fueron descritas por Lenore Walker (1984) y todavía hoy son las que  mejor explican  este ciclo destructivo;

1.ACUMULACIÓN DE TENSIÓN esta es la primera fase en la que la víctima ya percibe en el agresor su agresividad y susceptibilidad ante cualquier situación y  en la que hace de ella un motivo de conflicto.
 
 
 
2.ESTALLIDO DE TENSIÓN aquí se da la violencia y agresión propiamente dicha.
 
 
 
 
3.“LUNA DE MIEL” el agresor pide perdón y se muestra arrepentido, ofreciendo regalos y cumplidos. Esta fase va desapareciendo con el tiempo.
 
Cabe decir, que las primeras agresiones aparecen durante el noviazgo. El maltrato, al ser repetitivo pero intermitente hace que la mujer crea que hay una predisposición a que «el otro» cambie, sobretodo en la fase de “luna de miel” y esto dificulta mucho la separación.
 
Los factores de riesgo a padecer malos tratos son varios, según afirma Pérez Téstor, en su libro “Violencia en la familia”. Entre ellos hallamos;
 
  • La edad y el momento vital. Cuando la mujer es más joven existe  más riesgo de maltrato, igual que si se da en un momento vital frágil
  • La manera de vincularse y establecer relaciones
  • Las características personales (baja autoestima, dependencia, sumisión) y los antecedentes familiares (ver o haber sufrido abusos en la familia influye mucho)
  • La situación educativa y nivel socio económico. Esto no quiere decir que no se de maltrato en entornos socioculturales y económicos altos, que también se dan.
  • Si hay o no hijos.
 
En la misma línea y siguiendo los argumentos de dicho autor, respondemos a la pregunta ¿Por qué no se separan?
 
Como se ha citado anteriormente, en la fase de “luna de miel” existe una falsa creencia por parte de la víctima en la que se cree que «él cambiará» un aferramiento inseguro, un amor adictivo y una falsa fantasía con el amor “romántico «…porque le quiero  debo aguantarle” Se entra en una dinámica adictiva que hace muy difícil su separación, incluso muy a menudo cuando se ha conseguido romper el vínculo, la mujer, pasado un tiempo, vuelve con él. Hay una potente dependencia emocional (SOLA NO).  Las causas económicas y sociales también influyen, al igual que las causas  familiares y educacionales “qué pensarán los demás, mis padres, mis hermanos..” Se llega a vivir con mucho temor y silencio, haciéndose bastante difícil  tanto el pedir ayuda como el romper una relación que a pesar de los maltratos se sigue creyendo en ella. Finalmente cabe decir, que el tipo de personalidad de las víctimas dependerá en alto grado de la vivencia de esta situación. No puede decirse que exista un estilo de personalidad específico aunque algunos estudios han apuntado que en ocasiones existen rasgos esquizoides.
 
Finalmente queda hablar de consecuencias para la víctima que se dan tanto  a nivel físico como  psicológico. Entre estas últimas, las más comunes son: ansiedad, miedo congelado, rabia, sentimientos de indefensión, baja autoestima debilitamiento de las capacidades de afrontamiento, depresión, insomnio, sentimientos de inutilidad y disminución de la capacidad para pensar. Puede existir también un trastorno por estrés postraumático y mucho aislamiento debido a no sentirse comprendida por el entorno.
 
Para concluir me parece digno de reflexión los datos propuestos por el Instituto de la Mujer en el que se afirma que; la mayor incidencia de malos tratos se da en mujeres entre 44 y 64 años, casi dos millones de mujeres españolas mayores de 18 años sufre violencia en sus relaciones de pareja, diez años es el termino medio que una mujer está sometida a este tipo de vivencia  y un conjunto importante de mujeres no percibe su relación como problemática.
 
Supongo, que se habrán dado cuenta de que en este artículo no hemos mencionado el papel del maltratador. Su perfil psicológico y el debate social que genera es tan extenso que lo ubicaremos en próximas publicaciones. También cabe decir que se habla de “MUJERES VÍCTIMAS” por ser prácticamente las únicas que viven en este infierno desolador.
 
 
Bibliografía y Fuentes
 
Violencia en la familia .P.Testor C;ALOMAR E (comp.) (2005) Barcelona: Edebé- Blanquerna (Innova Universitas)
 
Del abuso y otros desmanes. El maltrato familiar entre la terapia y el control. J.L.Linares (2002) Barcelona: Paidós.
 
 
Núria Costa, psicóloga

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