Psicología social

…Son rumores

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rumores
 
Imagínese que usted observa esta escena; “una persona joven de color vestida con ropa elegante. A su lado, un obrero de piel blanca vestido con un traje de faena. Éste último lleva una navaja barbera en la mano y gesticula. Ambos suben al metro y discuten” Ahora imagínese que tiene que transmitir oralmente esta breve historia a alguien y ese alguien a un tercero y así sucesivamente hasta pasar esta misma información por una cadena de hasta 300 personas. ¿Cree que recibirá la misma información el segundo que el último?


 Este fue el experimento que realizaron Allport y Postman (1982)  para observar cómo se transmitía la información oral dentro de un colectivo. En la mitad de las reproducciones realizadas por personas blancas llegó a decirse que la navaja estaba en manos de la persona de color, incluso en varias ocasiones se escuchó que ésta amenazaba al individuo de piel blanca. Evidentemente esto distorsionó mucho el contenido inicial. En el caso de las personas de color, ninguna realizó esta atribución.
 
La palabra Rumor proviene del latín “rumor”, que significa ruido confuso de voces (Marc, 1978). Todos sabemos que este “ruido” forma parte de nuestra vida cotidiana. La gente transmite información continuamente de unas personas a otras, muy a menudo sin certezas y con el objetivo de responder a un problema colectivo: ¿qué ocurre? Y de esta manera más que responder a un hecho, lo que se crea es uno nuevo. Con todo esto nos preguntamos; ¿qué función tienen los rumores? ¿Para que sirven? y ¿qué necesidad colectiva hay para seguirlos?
 
Siguiendo las investigaciones de Allport y Postman, vamos a intentar responder a estas preguntas:
 
En primer lugar; los rumores circulan cuando intentamos encontrar una solución a una situación que produce una incertidumbre  general. Esto es, cuando hay una ambigüedad social entorno a un tema del que nadie responde.  Sin ir más lejos, pensemos en qué sucede cuando nos enteramos de  la existencia  de una nueva enfermedad de la que todavía no están claras sus causas ni consecuencias. Cuando esto sucede, generamos una ansiedad cognitiva que tenemos que paliar buscando alguna respuesta con sentido. En segundo lugar cuando hay esta retransmisión existe una credibilidad y certeza. Necesitamos creer que existe de verdad y depositamos una especie de confianza ciega en que “esto es así”. En este sentido los autores afirman que los rumores nacen cuando existe una ambigüedad informativa que hay que resolver.
 
Curiosamente sucede algo totalmente contrario cuando la información transmitida  nos implica directamente a nosotros. Esto es, cuando nos atañe algo directamente, seremos más cuidadosos en transmitir la información, incluso lo más probable es que no lleguemos a hacerlo, lo que Jaeger y colaboradores (1980) concluyeron como;  “un rumor  se retransmite más cuando se cree menos importante para nosotros” Por otra parte el impacto social también es importante a la hora de transmitir un rumor ya que “contra más personas hayan influido sobre la persona, mayor tendencia de ésta a retransmitir el rumor” (Turner, 1991)
 
En cuanto a la función de los rumores, hay aportaciones interesantes (Allport y Postman, 1982 y Rouquette ,1997) pero algunas de ellas han sido discutidas por otros autores, no confirmándose así las primeras. Veamos los diferentes puntos de vista.
 
a)      Función catártica, mediante la ansiedad se descarga la emoción. Sin embargo se ha demostrado que sucede lo contrario ya que en muchas ocasiones los rumores aumentan el miedo y esto refuerza la afectividad negativa (Rosnow, 1991)
 
b)      La justificación y explicación de la emoción: expresa y valida socialmente una emoción. La investigación muestra  que  al retransmitir  información colectivamente,  se da un contagio emocional (Rimé y cols.)
 
c)      Se justifica una acción colectiva, por lo tanto tiene una función pragmática.
 
d)     Excitación estética; al aportar información novedosa se rompe la rutina  y produce un efecto dramático pero esto mismo y según los entendidos, causa placer cuando se conoce a distancia, el sufrimiento de otros.
 
Kapferer, 1995, confirmó la utilidad de los rumores como el arma crítica de una sociedad ante los aspectos culturales, así como para cuestionar a los que tienen el poder y la riqueza. Además, con contenido negativo. Esto es porque los estímulos negativos siempre tienen un impacto mayor en la percepción social primero porque son más novedosos, segundo porque tienen mayor valor informativo y tercero porque producen un impacto cognitivo y afectivo más significativo ( Lewicka, Czapinski y Peeters, 1992)
 
Concluyendo, podríamos decir que los rumores son necesarios en la colectividad en cuanto a la búsqueda de explicaciones ante un fenómeno que no conocemos. El estudio de los rumores ha sido muy importante en el desarrollo de la Psicología Social como disciplina y éstos están muy relacionados con las actitudes, prejuicios, identidad social y comunicación informal. Será interesante ver, más adelante qué relación tiene con todos estos factores.
 
Bibliografía
 
Psicología Social (1999) J.F Morales., C.Huici., M.Moya., E.Gaviria., M.L Sáez y E. Nouvilas.  Mc Graw-Hill
 
Rumor and Gossip Research. (2005) R.L Rosnow, E.Foster. Volume 19, No. 4
Núria Costa, psicóloga

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