Psicología social

«Lo que me contagias sin saber»; el humor

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Es especialmente interesante, detenerse a pensar qué y cómo nos contagiamos psicológicamente unos a otros con solo intercambiar unas palabras cortas. Esto es; el humor, la alegría, la tristeza, la apatía, el entusiasmo…que expresamos las personas en nuestras relaciones cotidianas. Mientras por ejemplo, hay quien llega contento al trabajo y te saluda  sonriente con unos “buenos días” llenos de entusiasmo, hay quienes no solo no saludan sino que cuando lo hacen dejan ir toda su amargura.

 

Aparentemente, es algo sin importancia donde cada cual sigue con sus quehaceres diarios pero yendo más allá y en lo que concierne a la expresión psicológica que sentimos cuando nos relacionamos con los demás, me pregunto ¿Realmente carece de importancia? ¿Se contagia algo en el ambiente cuando alguien te sonríe o por el contrario te gira la cara? ¿Quién no ha sentido alguna vez la sensación de “llegaba contento y con esta cara me dan ganas de marcharme”? y es que sí, el humor y la alegría se contagian al igual que la apatía y la amargura.

Todos tenemos problemas y preocupaciones aunque haya quien crea que los suyos son únicos y más sufridos. Ante esto, cada uno va por la vida intentando buscar una sonrisa o por el contrario intentando buscar el consuelo de los demás bajo el dramatismo y la negatividad. Sea como sea, el ser humano busca la felicidad y en sus relaciones interpersonales desea no solo sentirse aceptado e incluido dentro del grupo social sino que también busca la alegría de los demás. Entonces ¿cómo nos contagiamos de lo que los demás nos aportan?

Es bien sabido que el sentido del humor y la risa aportan numerosos beneficios tanto para el individuo que los expresa, como para los que están alrededor. De manera contraria, alguien malhumorado consigue que el entorno se vuelva fastidioso. Hay muchas teorías psicológicas acerca del humor y de los procesos cognitivos implicados en él. Sería extenso hablar de todas ellas, pero a groso modo y de manera resumida veamos los principales aportes que se han dado desde la Psicología, más concretamente desde la disciplina de la Psicología social por el tema que nos ocupa

Por una parte, Kelly, 2002, afirmó en uno de sus estudios, que las personas con mayor sentido del humor y más alegres, no solo tienen mayor autoestima sino que son más propensas a desarrollar una relación social más cercana. En esta relación con los demás se dan aportes saludables para ambos. En primer lugar hay claros beneficios sobre el estrés, haciendo que se minimicen las preocupaciones. En segundo lugar, los individuos bromistas, alegres y amables con los otros generan reacciones fisiológicas provechosas como la producción de endorfinas, haciendo que nos sintamos más felices En otro sentido, Zeman, 2003, apuntó que el buen humor es un gran indicador para superar la angustia psicológica, tomar conciencia de los demás y mantener relaciones saludables con los otros.

Siguiendo con los beneficios tanto individuales como sociales que giran en torno al buen humor tenemos como consecuencia la risa y la sonrisa, la cual es una potente fuerza de contagio cuando ésta es compartida. Está comprobado que la risa une a las personas y hace que aumente la felicidad y la intimidad entre las mismas. Fortalecerá nuestro sistema inmunológico, aumentará nuestra energía y disminuirá el dolor. Al ser una sensación que nos hace sentir bien, ayuda a mantener una actitud positiva y optimista tanto en lo personal como en el entorno. En relación social es un arma poderosa para curar resentimientos y desacuerdos, olvidando críticas y juicios.

Por el contrario; el mal humor y un estado de ánimo negativo conllevan implicaciones negativas para el individuo tanto a nivel físico y psíquico, como a nivel social. En lo que se refiere a este último varios estudios han confirmado que se da un distanciamiento de los demás, lo que proporciona sentimientos de soledad e incomprensión. Las personas malhumoradas transmiten sentimientos de tedio e infelicidad por lo que afectan a las expectativas de los otros. Pueden transmitirse también sentimientos de desconfianza y malestar, produciendo del mismo modo el distanciamiento.

Para concluir; el buen humor es fundamental tanto en uno mismo como en la relación con los otros. ¿Significa esto que tenemos que estar siempre riendo? Evidentemente que el ser humano expresa multitud de sensaciones y sentimientos y que tenemos derecho a sentirnos mal pero pocas veces recordamos que también tenemos derechísimo a sentirnos bien y a buscar nuestra felicidad y la de quien nos rodea, pues es un feedback potente en nuestras relaciones. Ría, ría todo lo que pueda, ayudará a minimizar sus problemas, a bajar el estrés y a tener una relación con los otros más fructífera y satisfactoria.

Bibliografía

An Investigation of worry and sense of humor. Kelly (2002) Journal of Psychology, 136

Humor, laughter, and physical health: Methodological issues and research findings. Psychological Bulletin, 127, 504-519. Martin, (2001) Psychological Bulletin, 127, 504-519

Núria Costa, psicóloga

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2 comentarios en “«Lo que me contagias sin saber»; el humor

  1. El humorista malhumorado dice:

    Aportación práctica:
    Se abre el telón y aparece un brick de Don Simon.
    Nombre de la película?
    -Es tinto básico.
    Umm… No tengo claro lo de Kelly… Me siento peor después de haberlo contado…

    😉
    No publiques ésto. Es una broma fácil.

  2. Intentaré no mostrarme tan pesimista con las cosas para no contagiarte, que tu sonrisa es muy bonica :¬)

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