Pensamiento y conducta

Indefensión aprendida: «aprender a resignarse»

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indefensión aprendida
 
 
Aprendemos. Aprendemos de muchas maneras incluso sin ser conscientes de que estamos aprendiendo. Aprendiendo interiorizamos e interiorizando generalizamos (este es; aplicamos lo aprendido a distintas situaciones) Es probable que usted se haya sentido impotente e indefenso cuando ha tratado de salir de una situación en la que no había escapatoria. Consecuentemente también es probable que al final, no solo haya dejado de insistir en buscar una solución sino que haya aprendido a que no puede salirse de dicha situación ni de situaciones similares, generando en usted resignación.


Martin Seligman, junto con otros investigadores, (1975) descubrió accidentalmente este fenómeno cuando trabajaba con perros y lo bautizó con el nombre de indefensión aprendida, pero dicho comportamiento no se quedó solo en la investigación animal, sino que  posteriormente ha sido demostrado en multitud de ocasiones, su efecto en las personas. Pero ¿qué es exactamente? ¿Cómo se produce y qué produce?
 
En los primeros experimentos con animales, este psicólogo sometió a prueba a dos perros en distintas situaciones. Ambos recibieron estímulos aversivos (descargas eléctricas) pero solo uno tenía la opción de escapar de los mismos. El diferente efecto psicológico se produjo cuando el segundo, sin oportunidad de escapar no solo se quedó quieto y lastimado sino que cuando sí tuvo la opción de detener la descarga, ya ni lo intentó. Había aprendido que ya no había nada que hacer y permaneció resignado a luchar para cambiar dicha situación.
 
El efecto de la indefensión aprendida en las personas, puede trasladarse a multitud de situaciones. Así por ejemplo, si un individuo ha fallado en algún objetivo, puede llegar a la conclusión errónea de que en un futuro no tendrá éxito y volverá a fracasar. (Generaliza ese comportamiento)
 
La indefensión aprendida, se ha asociado también a varios trastornos psicológicos tales como la depresión, la  ansiedad, fobias…en la que se aprende que no hay ninguna vía de escape y las opciones que se verían viables en otro momento, aquí dejan de existir. Visto así los experimentos de Seligman estarían relacionados con la noción de control que tenemos de nuestra propia vida. Justo en el momento en que pensamos que algo se nos escapa y que no hay opciones de cambio, el entorno “nos da la razón” porque nuestra indefensión nos deja impotentes para defendernos.
 
Me parece un tema realmente interesante y me lo parece porque creo que las respuestas que damos  a los estímulos  que recibimos no se quedan solo aquí, sino que entrarían otras variables personales tales como el optimismo, el pesimismo, nuestra cognición a la hora de enfrentarnos a diferentes situaciones y a nuestra oportunidad de desaprender. Por ello, durante los años 80, con las teorías de atribución se explicó la indefensión aprendida según el estilo atribucional de la persona. ¿Atribuimos nuestros éxitos y fracasos a causas internas o externas? Debate y diferentes teorías para explicar cómo respondemos ante los diferentes estímulos que recibimos.
 
 

En resumen; aprendemos. Según Seligman esta es una manera y para ejemplificarlo mejor, ahí les dejo un interesante video que demuestra esta famosa investigación.

Bibliografía

Indefensión, Martin E, P, Seligman (1991) Madrid.

Núria Costa, psicóloga

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