Psicología social

Amistad y sexo: el fuego que no quiere quemar

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“No puedo estar sin ti”-murmuraría el enamorado a los ojos de su amada/o. “No solo puedo estar sin ti, sino que me da igual lo que hagas fuera de nuestras bocas juntas”proclamaría el amante en busca de mil pasiones distintas. Ahora bien; ¿Qué comentaría el amigo que alguna vez compartió las sabanas de la locura con una amiga?; ¿“Quiero saber siempre de ti, aun cuando nuestra intimidad haya cesado”?
 
Relaciones. Relaciones de amor, relaciones de sexo y relaciones de amistad. Unas con la otras, unas sin la otras, juntas o separadas y cada una con sus particularidades y distinciones. En el tema que hoy nos ocupa, me gustaría detenerme en un fenómeno cada vez más creciente. Este es; la amistad y el sexo, coloquialmente denominado “follamigo” y es que existe una tendencia que lleva a traspasar los límites amigables, para compartir algo más que un interés desinteresado; la intimidad y el sexo. Nos preguntamos entonces, desde el punto de vista psicológico ¿cómo se vive? ¿Qué beneficios tiene y qué desventajas? ¿Es posible sustentar una relación de este modo?
 
Una historia que surge
 
Él/Ella lo sabe todo de ti. Te anima cuando necesitas ánimos, te escucha cundo explicas vivencias, te aconseja cuando hay dudas,  comparte y celebra tus éxitos…y un día como otro cualquiera, sin saber porque o sabiendo mucho, sucede un arrebato físico que te lleva a la fusión de su cuerpo. ¿Y ahora qué? Suele preguntarse el amigo que ha tenido esta vivencia. Paradójicamente, lo que todo se habla entre amigos, ahora pasa a ser un tema tabú, fruto del temor y las dudas.
 
Expertos y psicólogos, se han detenido a analizar este fenómeno, que sucede con más asiduidad de lo que parece y las conclusiones al respecto parecen ser contundentes. Por una parte, las primeras investigaciones realizadas en EEUU, auguran que esto suele llevar más desventajas que beneficios. En primer lugar porque se da una tensión emocional que pone en peligro la amistad. Esto se explicaría por los temores de uno u otro ante la posibilidad de que uno de los dos sienta más atracción. A este respecto, es interesante la aportación de Paul Mongeau, profesor en la Universidad estatal de Arizona, y en la que afirma que en este tipo de dinámicas la gente suele desarrollar temor a desarrollar sentimientos por miedo a no ser correspondidos. Otra de las razones, que los psicólogos han argumentado ante este tipo de relaciones es el desinterés por mantener compromisos, pero esto no suele ir siempre a la par y uno de los protagonistas, suele desarrollar más inquietud ante dicha situación. Empieza una lucha interna, que pelea entre el romance pasajero y el verdadero.
 
Un estudio publicado en la revista Archives of Sexual Behavior, por Timothy Levin, investigador en la Universidad de Michigan, argumenta que si estas relaciones no se basan en un sentimiento romántico, acaban estropeándose por temor a que la otra persona no sienta lo mismo. En cuanto a las estadísticas de su investigación, en la que fueron entrevistadas doscientas personas que habían tenido sexo amigable, el 60% lo vivió con temor, en el 20% floreció el  amor, convirtiendo esa relación en una estable de pareja, el 18% cortó por miedo a arruinar la amistad y el 2% continuó como amigos con derecho a roce.
 
En segundo lugar otras investigaciones apuntan que el hecho de haber tenido sexo con un buen amigo, fortalece el vínculo de la amistad y que si se dejan claras las intenciones, el cariño y la lealtad de un buen amigo prima por encima de lo demás, pero pocas teorías apoyan esta afirmación. La tendencia común suele ser entrar en un mar de dudas y temores. Otra cuestión, afirma esta última teoría y e es que parece que las cosas no suceden siempre por casualidad. Según la sexóloga y Psicóloga Carolina Villalba, puede darse una fuerte atracción entre dos amigos por causas biológicas y naturales pero por miedo a perder la amistad, esto no llegue a confesarse. Por ello suelen ponerse muros y barreras para no dejar que los sentimientos fluyan de manera normal. Aquí entran factores sociales y culturales que nos obligan a ser leales con nuestros valores.
 
Por último, decir que también hay diferencias biológicas entre hombres y mujeres. Ambos sienten igual pero ellas necesitan de más implicación emocional, sobretodo después del coito. También suelen ser ellas las que buscan más respuestas y las que buscan más equilibrio emocional. No por ello, sienten más, aunque las necesidades sean diferentes.
 
Como vemos, no parece una tarea fácil. El sexo con un amigo tiene sus riesgos emocionales. ¿Ventajas? Disfrutar de la confianza y lealtad de un buen amigo, ¿desventajas? Temor a desarrollar otros sentimientos y miedo a perder la amistad. Relaciones, siempre tan complejas, que con el tiempo, se adecuan a los nuevos tiempos.
 
 “Nadie puede vivir sin un amigo”- afirmó Aristóteles…
Bibliografía
 
 
Affifi W y Faulkner, S (2000). Por ser «sólo amigos»: La frecuencia y el impacto de la actividad sexual en la amistad del sexo opuesto. Journal of Social and Personal Relationships, 17(2), 205-222. Diario de las relaciones sociales y personales, 17 (2), 205-222.
 
Núria Costa, psicóloga

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4 comentarios en “Amistad y sexo: el fuego que no quiere quemar

  1. Que buenos puntos, si uno siente más de la cuenta la amistad se vuelve compleja.

  2. Gracias por compartir tu opinión! Feliz fin de semana 🙂

    Saludos

  3. Muchas gracias Ana! Celebro que sea de tu interés!
    Saludos!
    Núria

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